Wednesday, January 8, 2014

La frontera con el narco



Este libro esta desgarrador, en momentos no se si debi no comprarlo y debi imaginar lo que estaba por leer con la vista de la portada, o si si estuvo bien comprarlo. Pero en momentos pienso que no se van a solucionar las cosas magicamente al cerrar mis ojos ante tanta injusticia, tanta muerte, violencia y sangre. Hoy les voy a escribir a muy groso modo, lo que se dice en el libro pero definitivamente les recomiendo leerlo porque hay una desinformación fatal sobre lo que esta sucediendo al norte del país y tenemos que detener esas barbaridades.

El libro esta dividido en cuatro partes:
1. Nuevo León
2. Tamaulipas
3. La Marina
4. Coahuila
5. Otros Nortes

Pues primero viene sobre Monterrey y me impacto que llegan los narcos a los restaurantes, roban, violan y matan. Lo de violar me impacto, porque refleja que los sujetos que realizan estos actos terribles ya no tienen conciencia del bien y del mal, ya están muy afectados psicologicamente. Tambien me impacto que en Monterrey como se ha dejado olvidada a la gente humilde y que son presa de los narcos porque son la fuerza de trabajo de ellos. Son como desechables para vender droga, para matar, son mano de obra barata, son nada... Son la escoria para muchos y los ignorados para la "gente bien". Espero poder leer un libro de José Lorenzo Encinas Garza, quien es un locutor y antropologo que se ha preocupado por los chavos banda y estos jóvenes olvidados del gobierno.


Monterrey, la gran urbe empresarial con 20 mil dólares anuales de renta per cápita - uno de los más altos del país -, tiene un rostro poco conocido y menos boyante: 30 mil pandilleros que sobreviven al desempleo, a las adicciones y a la violencia existentes en 200 colonias, como la San Humberto y otras más emblemáticas entre las que se encuentran Independencia, Cerro de la Campana, Garza Nieto - mejor conocida como La Coyotera -, San Bernabé y las decenas de barrios Fomerrey. Esos miles de jóvenes son usados por los Zetas y se han convertido en su base social.  Página 41
Encinas lleva años trabajando con pandillas y asegura que en la llamada guerra contra el narcotráfico declarada por Felipe Calderón los jóvenes son las mayores víctimas: "Por cada capo importante que capturan, mueren hasta 60 jóvenes. Cada joven que es asesinado trae una carga enorme de la desatención del Estado. No hay una política pública para este tipo de grupos. Y el narcotráfico como empresa ha sido muy eficaz y ha arropado a los jóvenes, cosa que no han hecho otras empresas ni el gobierno". Página 233

Tambien me impacto como los ricos y empresarios de Monterrey se estan yendo a EUA. Estos empresarios le están dando trabajo a gente en EUA y a cambio México se esta quedando como tierra de nadie, con menos empleos. También me impacto como esta horrible la guerra entre CdG (cartel del golfo) y los zetas causa estragos en los más inocentes. Como dejan colgados y ahora hasta mujeres descuartizadas, ya no hay nada de moral. Como después de que secuestran a los hombres de las casas,  la gente (y sobre todo las madres, las esposas o hermanas) vagan de puerta en puerta buscando a sus familiares y nadie les hace caso, es la indiferencia de las autoridades y el dolor de los humildes.

Terrible en Matamoros como encuentran fosas, empozolados, descuartizados y terrible como los forenses batallan para unir pedazos de cuerpo porque a veces los cortan con sierra y a veces con cualquier cosa y a veces no son muy buenos los cortes. Y que a veces encuentran mas facil el cuerpo por un tatuaje. Es terrible.

La auxilió la oficinista Gabriela Luna, que ha tomado decenas de declaraciones junto a otros seis compañeros. Tiene 26 años y dice que lo más doloroso ha sido ver el sufrimiento de la gente: "Todas las noches me las paso soñando. Me quiero dormir y me despierto a cada rato con pesadillas. Parece que esto nunca va a acabar. Un día atendemos a 100, el otro 90 y luego a 120. Es muy triste. Nos hemos dado cuenta de que la gente no denuncia la desaparición de sus seres queridos por miedo, solo un 20 por ciento lo hace. Ya no confían en las autoridades, no saben a quien acudir". Pag. 167

Y cuando te preguntes porque Sanjuana tuvo el valor de escribir sobre todas estas atrocidades:

Escribo para intentar descifrar la línea que separa el bien y el mal, para ver más allá de la perversidad, la crueldad, la vileza del ser humano contra otro ser humano. Para indagar en los recovecos del amor y la ternura, en las señas identitarias que supuestamente nos separan de los animales. Quiero recordar dónde empezó ese deseo, esa vocación. Vi mi primera película de nazis cuando tenía diez años. Al terminar, pregunté a mi padre: "Por qué permitieron que mataran a 6 millones de judíos? ¿Porqué nadie dijo nada?" Mi padre respondió: "Porque la mayoría prefirió guardar silencio". 

También me impacto lo de como los campos se van quedando sin arar, sin labrar porque los narcos se apropian de todo. Como una vez un pueblo lo vaciaron porque ahí iban a hacer su guerra y les dijeron que se fueran. Y la autoridad callada ante estas situaciones. Estas tierras ricas que podrían producir ricos frutos están secándose tal vez o no se, no se están aprovechando.  Es inaudito como los narcos agarran a gente inocente para que sea carne de cañón cuando hacen sus enfrentamientos. Y como la marina o los militares sacan a gente a media noche de su casa, a un viejecito de 80 años. Y no lo comprenderíamos si nos quedáramos solamente en el hecho, pero esto lo hacen para apropiarse de tierras y desplazar a la gente.

Es increíble como el ser humano se acostumbra a ver la violencia contra el otro; a observar con indiferencia  el sufrimiento, la tortura, el dolor. A ver la muerte en términos de rutina. ¿Porqué las escenas de dolor de los demás adormecen la sensibilidad y nuestra capacidad de respuesta? ¿Cuántos de los que se dedican al trabajo humanitario se deshumanizan, se convierten en seres inmunes, blindados ante el sufrimiento de sus semejantes? En su ensayo Ante el dolor de los demás, Susan Sontag analiza el estado de nuestra conciencia frente al dolor ajeno. La indiferencia, ese pretexto de "nada podemos hacer" es solo una muestra de nuestra dura realidad. Algo tenemos que hacer. No podemos cerrar nuestra conciencia. De lo contrario, nos convertiremos todos en cretinos. Sontag lo advierte: "Los ciudadanos de la modernidad, los consumidores de la violencia como espectáculo, los adeptos a la proximidad sin riesgos, han sido instruidos para ser cínicos respecto de la posibilidad de la sinceridad". Página 222.
También vienen testimonios sobre como la marina y militares secuestran a personas inocentes, las sacan de sus casas a punta de bala y les dicen que se los van a regresar sin mas explicaciones. Asi se han llevado a varios y jamas los vuelven a ver sus familiares. Despues cuando los familiares interponen denuncias, las mismas autoridades los amenazan que les va a pasar lo mismo o a sus hijos.

Y las familias después andan deambulando de puerta en puerta, en procuradurias, oficinas de gobierno, etc. Y el gobierno no pone ni siquiera un registro nacional de ADN para que puedan encontrar a sus muertos de una forma mas sencilla. No hay quien juzgue a la marina o a los militares porque se supone que ellos son la justicia. Y ahi anda la gente penando en vida buscando a sus muertitos y diciendo que ya quieren saber la verdad, que se los entreguen vivos o muertos, pero que ya quieren descansar, porque los familiares no tienen sosiego.

Para completar este disfigurado México golpeado y vejado estan los tristes casos de Marisela Escobedo, Susana Chavez y la familia reyes. La primera fue quien denunció al homicida de su hija, pero perdió la vida a manos de un individuo mientras se encontraba colocando unas mantas para seguir denunciando ya que había proporcionado la ubicación del homicida y las autoridades simplemente hicieron caso omiso después de un aresto y posterior liberación. Susana tenía 36 años y era una persona que dedico su vida a denunciar injusticias contra las mujeres y al parecer murió a manos de tres jóvenes. El caso de la familia reyes es muy triste, ya que han ido acabando con uno a uno, estas personas han sido muy valientes en criticar el llamado Operativo Conjunto "Chihuahua" sobre abuso de militares. Les advirtieron que se callaran, no lo hicieron y desde entonces la matriarca Sara Salazar de Reyes no ha parado de llorar la perdida de cada uno de los miembros muertos.

Esta no es mi guerra porque el tráfico de drogas no se combate solo con armas, se requiere educación, redistribución de la riqueza, fin de la pobreza. Esta no es mi guerra porque estoy a favor de la regulación de las drogas. Esta no es mi guerra porque creo en la paz. Página 270 
La frontera con el narco
Un mapa conmovedor y trágico del imperio del delito en México
2011, Sanjuana Martínez.

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