Monday, November 12, 2012

El país de uno





El libro de Dresser me agrado, me desagradó, me lleno de pesimismo y en ratos de optimismo. Estuve de acuerdo con ella, sospeche de sus malos argumentos sin referencias, sospeche de sus motivos para escribir el libro, me convenció en algunas ideas, me hizo enojar por su ingenuidad (no se si fingida), también me desesperaron sus contradicciones y me frustró demasiado su mala ortografía.

No entendí los motivos que tuvo para escribir tantas conjunciones en un sólo enunciado o hacer uso indiscriminado del punto y seguido.  Dicen que quería dirigirse a la clase media, pero la clase media necesita leer cosas bien escritas, no tantos atropellos en la lengua. No se quien fue su editor o tal vez no tuvo editor. Es impresionante. No puedo creer que una persona que desea el bien del país, propague un español tan pobre y tan malo. ¿Porqué? ¿Dónde esta la congruencia? Si quiero un México mejor, si soy escritora, pues le ofrezco la mejor ortografía de la que soy capaz. 

Se trata - en esencia - de cambiar cómo funciona la política y cómo funciona la sociedad. Y ello también requerirá construir ciudadanos capaces de escribir cartas y retar a las élites y fundar organizaciones independientes y fomentar normas cívicas y pagar impuestos y escrutar a los funcionarios y cabildear en nombre del interés público.
Ese fue sólo un ejemplo de lo que Dresser es capaz de hacer en un libro. Es capaz de llenarlo de conjunciones por un motivo que yo desconozco. La verdad que estuve pensando la razón y sólo encontré que tal vez quiere darle a cada enunciado la sensación de que estas escuchando muchos argumentos y... y... y... o... o... o... Fue exasperante en algunos momentos leer una ortografía tan descuidada. 
"Lo criticable es que AMLO respondió ante el absurdo del desafuero con el absurdo de la anti institucionalidad". 

Bueno pues ahí tienes a la Señora Dresser que cree en las instituciones y que se apega al regimen. Pero después en otra parte de su libro acepta que las instituciones no funcionan, no hacen su papel.  Por eso me desesperó la señora Dresser porque no se decide. 

"Sin duda los epítetos lanzados contra Andrés Manuel López Obrador eran merecidos y quizá no debe ser presidente jamás". 

Y esperé donde diera buenos argumentos pero siguen pasando las hojas y no me da argumentos de porqué según ella, AMLO no debía ser presidente. Además de que esta aseveración de cierta forma apueba el que se haya hecho fraude electoral. Es un doble discurso muy penoso, porque defiende la voz del pueblo pero al mismo tiempo sutilmente esta de acuerdo con lo que se hizo.

Vi que emprende ataques severos contra Salinas Pliego pero apenas si habla de Azcarraga Jean. Eso me pareció curioso, como que no veo una lucha así de encarnizada contra el potentado de televisa y eso se me hizo un tanto extraño. 

En algún otro lado menciona (página 191):
No, el gobierno no fue creado para eso. En todas partes existe para lidiar con - o por lo menos esconder - la injusticia, no para hacerla tan obvia. 
O sea que el gobierno debe permitir la injusticia en cierta forma. Bueno, estoy sorprendida porque eso es justamente lo que el gobierno esta intentando hacer: "esconder" descaradamente la injusticia. Creo que la señora no ha tenido suficiente con este gobierno. 

Ella habla de una mejora para la clase media, pero no habla de una mejora de las clases bajas. Bueno, ¿Que no esta viendo como esta nuestra gente, nuestros hermanos mexicanos? Aquí ya de plano si parece una intelectual comprada por la oligarquía. 

El reto - fundamental, definitorio - para México es reproducir esa experiencia liberadora. Es lograr que el presidente en turno deje de ser un estatista y se convierta en un estadista: alguien que desate el espíritu emprendedor al alejar al país del modelo mercantilista que lo ha maniatado. Alguien capaz de equilibrar las ganancias empresariales con los derechos ciudadanos. Alguien capaz de usar la fuerza regulatoria del Estado para construir un sistema económico dinámico, competitivo, que nutra a la clase media y asegure su expansión. 

Una propuesta que me pareció interesante fue cuando habló sobre la reelección como una de las soluciones para mejorar al país. Aunque realmente el problema de fondo como lo sabemos no es solamente hacer reelecciones, si no cambiar el modelo político-económico. Así que primero lo más importante y luego ya vemos lo de las reelecciones. Porque por lo pronto las reelecciones solo causarían políticos dinosaurios que jamás pudieran salir de su curul. 

Me gusta cuando habla del poder del ciudadano, del poder de marchar que tenemos, de salir a las calles de reclamar a esos empleados del gobierno que viven de nuestros impuestos que se pongan a trabajar. 

Me hizo estallar cuando habló sobre el voto nulo, que ingenuidad la suya en septiembre del 2011. No puedo creer que una persona que se precia de ser intelectual proponga el voto nulo cuando se esta tan cerca de las elecciones y tan lejos de lograr "llamarle la atención a los políticos" con una idea como el voto nulo. Creo que si su libro hubiera salido mucho antes, le hubiera dado la razón pero a menos de un año de las elecciones, se me hace una ingenuidad o tal vez un apoyo sutil al PRI. 

Para Denis Dresser hay dos opciones para acabar con el problema del narcotráfico: legalizar las drogas o pedir ayuda a los Estados Unidos de América. Para ella no hay de otra. No creo que sea así de cerrada la elección, pero en todo caso, prefiero la legalización. 

Me gusta cuando hablo de rendirle culto al país a través de la crítica. Creo que eso nos puede sacar adelante, el ser más críticos, más pensantes, no dejarnos engañar con cualquier cosa, ver a los candidatos como seres humanos, no como héroes, ser más racionales y creer menos en las novelas. 

En conclusión, me quedo con algunas ideas del libro pero no todas. Me quedo con la crítica que propone, con las ideas nuevas pero también pongo en tela de juicio muchos de sus argumentos. 

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